Mes: enero 2022

El Metaverso: La identidad de las personas

La puerta de entrada a la realidad digital, hasta ahora, ha sido gestionado por un proceso de acreditación mayoritariamente establecido a través de un nombre de usuario y una contraseña, más adelante con instrumentos de lectura biométrica, llegando a plataformas con dos o tres elementos diferentes de verificación que buscan maximizar la seguridad del usuario.

Inicialmente, podemos pensar que la entrada al Metaverso será parecida o idéntica a la experimentada hasta ahora, pero no será así, aquí llega el primero de los grandes saltos que los usuarios experimentaremos con la entrada al  metaverso. El acceso al  Metaverso  lo haremos a través de tecnología háptica sensorial y cognitiva, coincidiendo con  Javier  Antonio  Nisa Ávila, experto en Derecho en Inteligencia Artificial y tecnologías avanzadas, en esta tecnología (háptica) “se puede hacer cualquier acción por parte de los usuarios sin limitaciones, interactúando con otros usuarios e inteligencias artificiales teniendo el mismo feedback tanto físico como psíquico que tendría en el mundo natural”.

La expansión de la economía de los datos que hemos vivido en los últimos años nos ha llevado a ver, y en muchos casos vivir, malas praxis con la gestión que se ha realizado con nuestros datos. La Bigtech  Facebook, ahora Meta, ha tenido el foco constantemente puesto ya que su unidad de negocio se ha basado prioritariamente  en los datos.

Con la inmersión en el Metaverso, esta economía de los datos crecerá exponencialmente hasta límites hoy desconocidos. Y, el lector se preguntará, ¿por qué tendrá ese crecimiento? Pues porque el modelo DATA explotado hasta hoy se ha basado en el “clic”  (del ratón); cuando sigamos en el Metaverso  se fundamentará en los sentidos de la persona. Es decir, nuestro avatar ofrecerá información de  todo tipo cuando sigamos dentro; el gusto, la vista, el oído, el olfato y sobre todo el tacto.

La inteligencia artificial (los algoritmos) jugará un papel determinante para la recogida y gestión de estos datos, bien a través del IoT (Internet de las Cosas) o por extensión a través delIORT (Internet de los Robots de las cosas), sin olvidar la voz. Así, si hasta ahora hemos expuesto información y datos importantes, con la entrada en el Metaverso  nos podrán hacer un seguimiento conductual en tiempo real, incluso también de nuestro estado anímico.

Más allá del obstáculo de entrada que se creará ante esta posible  vulnerabilidad, acabaremos en el Metaverso. Es esta,  la razón que me lleva a proponer la creación de un sistema de identidad dígito-virtual descentralizado, anonimizado y seguro, imprescindible para que el conjunto de la sociedad pueda hacer el salto hacia el  Metaverso  con seguridad y sin miedo y al mismo tiempo garantizar la paz social como primer principio de su creación.

Con la tecnología blockchain, la creación de una identidad dígito-virtual segura y anonimizada es perfectamente posible y viable. Es imprescindible que este nuevo protocolo identitario se construya bajo elementos descentralizadores e inmutables, no dominado ni en propiedad de terceros, sin marginar ni limitar las oportunidades económicas que se presentan para un progreso económico justo, equitativo e igualitario colectivo en el mundo.

Con una identidad segura y anonimizada única, como persona física o jurídica, seremos capaces de abrir el mundo a la simplicidad de procesos, de procedimientos, de interacciones y a la interoperabilidad necesaria entre el mundo natural (de la tangibilidad) y el mundo dígito-virtual (de la intangibilidad).

El estado de derecho debe garantizar la libertad de las personas y compatibilizarlo con no obstaculizar el progreso que de ésta se deriva, para conseguir esta meta hoy con contradicción es obligado que avancemos en crear los instrumentos y los puentes necesarios.