
¿Seguridad o flexibilidad?
¿Tú que priorizas?
El planteamiento de dicha cuestión es la dicotomía principal, existente hoy en día, en el ámbito tecnológico a nivel mundial. Si bien es cierto que la seguridad es clave y fundamental para prevenirse de las muchísimas amenazas que existen y se crean continuamente, también es cierto que la seguridad nunca puede ser un valor igual a 0.
Así mismo, la flexibilidad juega un papel clave para las empresas y, porque no decirlo, para las personas y las sociedades. Afrontar los principales desafíos de la cuarta revolución industrial y la transformación digital que concurrirá bajo sus efectos hace indispensable para nuestra adaptación, asegurar y jugar en un ecosistema flexible ante un presente acelerado y cambiante.
Creo que la decisión de uno u otro planteamiento se debe circunscribir a los objetivos y prioridades del objeto del servicio y/o prestación de los productos.
En mi caso, gozo de una seguridad idónea y recomendada, minimizo los riesgos, pero así mismo tengo todo en el cloud. Yo priorizo la flexibilidad que me permite la conectividad en tiempo real y acceso a todo mi ecosistema de trabajo, a la seguridad siendo esta última objeto de estudio e inversión diaria por mi parte.
Creo que la seguridad que ofrecen ahora mismo las principales plataformas de cloud es seguramente la mejor. El problema podría subyacer en si entramos en la subcontratación del cloud con la excusa del abaratamiento de costes donde ahí las variables amenazadoras serían múltiples y no controladas, pudiendo estar el cloud en países, entornos y/o cualesquiera otras situaciones vulnerables, fuera del ámbito de nuestra protección jurídica.
Aun así, prevengo mi seguridad con la ratificación y exigencia de cumplimiento por parte de los proveedores de sellos de calidad que emergen de las legislaciones estatales y europeas en mi caso. Minimizo al máximo las vulnerabilidades e introduzco elementos de flexibilidad que me hacen ganar en productividad.
Esta situación, que es de índole individual, es extrapolable al ámbito empresarial. Aún, más, si cabe, contratando un profesional de ciberseguridad y estableciendo planes de seguridad y estrategias implícitas en nuestro ecosistema empresarial. En España existe y está en vigor el Esquema Nacional de Seguridad, instrumento que acompaña y guía para la minimización de las vulnerabilidades que surgen y en las que podemos caer.
Para minimizar los riesgos de seguridad implanto recomendaciones basadas en legislaciones, normas ₁ y guías de uso, algunas de las cuáles son las siguientes.
Instituto Nacional de Ciberseguridad:
₁ https://www.incibe.es/sites/default/files/contenidos/guias/doc/guia-cloud-computing_0.pdf
Ley Orgánica de Protección de datos:
https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-2018-16673
Reglamento Europeo de protección de datos: