El «reto»
Como explica José Luis Curbelo (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), en el artículo «Competir en la transformación digital», publicado por la revista «Economía Industrial» y editada por el Ministerio de Ciencia y Tecnología, en la actualidad «estamos viviendo una cuarta transformación tecnológica en las formas de producir, consumir … y vivir … con impactos muy profundos en la distribución de la renta y la riqueza, la viabilidad de muchas actividades económicas, la competitividad de muchos sectores y territorios, y las expectativas de futuro de amplios segmentos de la población».
Según él «el desencadenante de la actual transformación digital no es el Internet, que ya existe desde hace tiempo, sino sus capacidades ampliadas a través de la conectividad, que puede dotar a los productos (y las personas) de una nueva-inteligencia capaz de transformar la naturaleza de las cosas (Porter y Heppelmann, 2014)».
En su artículo hace especial diferencia a las grandes repercusiones que la transformación digital y la globalización al mismo tiempo, están teniendo en las sociedades, cuyos efectos según él podría ser «la contestación social manifestada a través del Brexit, el aislacionismo arrogante del President Trump, el ascenso de los populismos de derecha y de izquierda en muchos países europeos o el resurgir de las pulsiones proteccionistas». Para Curbelo estas contestaciones son «producto de la inquietud colectiva ante un sistema que: (i) lleva desde hace años distribuyendo desigualmente sus beneficios económicos; (ii) parece que va a excluir a muchos en el corto y medio plazo y (iii) carece en la actualidad de mecanismos compensatorios eficientes y eficaces para no excluir del sistema a los perdedores de las transformaciones».
En el ámbito económico hace especial hincapié en el efecto «disruptor» que tendrá la Transformación Digital en la creación de una nueva economía que afectará, entre otras, a «las formas de relacionarse las empresas con los clientes, la comunicación y la conectividad y en como éstas transformarán los procesos de manufactura o como condicionará y cambiará la relación entre el consumidor y el productor». Afectará, así mismo, a todos los sectores de actividad, «obligará a redefinir los modelos de negocio, cambiarán los mercados de trabajo, podrá tener un impacto relevante en la distribución de los excedentes entre consumidores y productores, afectará a los flujos digitales que serán globales, está alterándose el perfil del empresario y se están redefiniendo ámbitos muy diversos de la vida ordinaria».
En el citado artículo detalla la preocupante desigualdad que puede generar la Transformación Digital para todas aquellas empresas y personas, y para la sociedad en general, que no se adapten o no puedan adaptarse a ella y explicita algunas claves para competir en ella.
Sin duda, la Transformación Digital (IoT, Cloud, Blockchain, AI y Ciberseguridad) nos ofrece y nos lleva ante uno de los mayores retos que, la humanidad, las sociedades y el mundo ha tenido que afrontar en los últimos tiempos.
Quiero aportar mi granito de arena a proyectar el debate, potenciar la necesidad y compartir los conocimientos para adaptarnos, todos y sin exclusión, a la nueva realidad y a la nueva economía. Unos la llamarán «digital», otros la llamarán «de datos», sea cuál sea el adjetivo que se posicione, una cosa está clara, será nueva y tenemos la obligación de adaptarnos a ella para surfearla.
Alex Moga (changemaker )