
Ventanas abiertas para el cambio
¿Cuántas veces muchos de vosotros habéis exclamado o escuchado la frase “toda la vida se ha hecho así” u otra como “toda la vida lo he hecho igual”? No hay citas más defensiva, autocomplaciente y conformista que estas.
¿Habéis intentado alguna vez sustituirla por un argumento o actuar haciendo algo diferente para no caer en ella? Probadlo, sentiréis una nueva sensación, abriréis una ventana al cambio. En esta frase descansa la primera piedra para ser coherentes con aquello que exigimos y deseamos.
Si, además, a esta frase le sumas otra que a menudo se cita como “me lo han dicho” como elemento de posicionamiento intelectual, entonces se puede llegar a construir un argumentario fácil y sencillo que lo justifique todo para no tener que cambiar nada o bien para defendernos de cualquier otro argumento que nos deja en evidencia intelectual.
Si de verdad queremos cambiar las cosas, si de verdad queremos hacer frente a los desafíos que tenemos como humanos, como personas o como sociedad el primer cambio comienza con nosotros como protagonistas. No podemos exigir que cambie nada si nosotros no estamos dispuestos a que nada cambie.
Si nada cambia, la queja o la gestión de los enormes retos que tenemos entran en la habitación de la mediocridad y con ello, el falso relato, que se convierte en la defensa ignorante para imposibilitarlo todo. Llegados a este punto los personalismos y la tiranía juegan a placer.
Ante esta realidad el talento se escapa, las oportunidades se reducen y vamos dejando atrás sábanas de oportunidades.
Si os encontráis en esta situación o creéis que hemos llegado a ella colectivamente, la mediocridad es la protagonista. Si no es así y sois personas propositivas – os felicito – formáis parte de un entorno en el cual la inteligencia colectiva construye oportunidades, soluciones y futuro. Reflexiona, reflexionemos.